viernes, 27 de marzo de 2015

¿Pueden los alimentos muy picantes dañar la lengua?


















Nunca sabremos, ni llegaremos a enterarnos de qué y como, están hechos los alimentos tan deliciosos que consumimos. Y es que hay una profesión específica para mezclar distintos sabores a los que nos volvemos adictos: el químico del sabor. Este profesional estudia la combinación de las moléculas de los alimentos para desarrollar sabores y olores artificiales o naturales.

La lengua tiene cerca de 10.000 papilas gustativas con capacidad de reconocer el sabor amargo, agrio, dulce, salado y umami - palabra japonesa que quiere decir "delicioso", un gustito suave y duradero en la boca. El sabor umami está relacionado con algunos aminoácidos, tales como el glutamato monosódico. Esta molécula actúa como una extensión de las papilas y causa una sensación aún más fuerte de sabor. 

"Este componente se encuentra naturalmente en las algas marinas, los tomates, el queso parmesano, las setas y la carne. Sin embargo, el uso en exceso de productos y condimentos que contienen glutamato monosódico puede causar una expansión constante de las papilas y generar dolores de cabeza, mareos y babeo", dice Erica Gayego Figueiredo, profesora de Química de la ETECAP, en Campinas, Brasil. 

Aquellos que suelen consumir alimentos con sabores muy ácidos, picantes o calientes también deben poner cuidado, pues estas comidas pueden hinchar las papilas, causar aftas e incluso herpes. "Una buena higiene diaria de la boca y la lengua, mediante un cepillado frecuente, puede evitar algunos de estos problemas", cuenta la experta. 

Artificial vs Natural 

Uno de los sabores más populares en el mundo es la vainilla, procedente de un tipo de orquídea, la "Vanilla planifolia". La esencia natural se vende como un aromatizante, pero es muy cara, por lo que la mayoría de la vainilla que consumimos es artificial. Sin embargo, algunas de estas sustancias artificiales, al estar en contacto con el cuerpo, pueden causar problemas de salud tales como alergias e intolerancias. Debido a esto, los profesionales del sabor han buscado una manera de producir aromas de una manera más natural.

viernes, 20 de marzo de 2015

11 mitos y verdades sobre los implantes dentales



El cuerpo puede rechazar el implante: Mito. No hay rechazo de implantes por el cuerpo.


Los implantes son los más adecuados para las personas mayores: Mito. Los implantes son la mejor opción para aquellos que han perdido un diente.


Se puede hacer un implante para reemplazar cada diente perdido: Cierto. Esto es posible, pero no es conveniente porque para la instalación de cada implante se requiere una cierta distancia entre ellos


Cualquier persona se puede poner un implante: Cierto, pero hay algunos puntos a tener en cuenta para garantizar el éxito del tratamiento.

Quienes llevan dentadura postiza no pueden ponerse implantes: Mito. Los pacientes que llevan prótesis no sólo pueden, sino que deben colocarse los implantes.

Fumar obstaculiza el tratamiento: Cierto. Fumar aumenta el riesgo de infección después de la cirugía.

No hace falta hacerse una incisión en la boca para colocar un implante: Mito. El implante sí puede ser colocado sin cortes, pero esta técnica no se aplica a todos los casos. 

El implante deja un aspecto artificial: Mito. Desde el momento en que se realiza una correcta planificación del caso de cada paciente

Tras perder un diente, el implante debe ser inmediato: Cierto. Tras la pérdida del diente, se desarrolla un proceso fisiológico de reabsorción ósea que puede dificultar la instalación del implante si tarda la colocación. 

Los implantes podrían aumentar el riesgo de inflamación en las encías (periodontitis): Mito. Los problemas de inflamación en las encías son de origen multifactorial.

Son caros los implantes: Mito. No, dada su función, su durabilidad y su eficacia, así como el precio en origen, no son nada caros si dividimos su coste entre los años de durabilidad de los mismos. Además si vienes a e.dent Odontología encontrarás descuentos que harán tus implantes más asequibles, así como una financiación gratuita y a tu medida. TE ESPERAMOS !!!

viernes, 13 de marzo de 2015

Salud oral en la madurez: sepa cuales son los principales cambios

El paso de los años es inevitable y el envejecimiento de la boca es un proceso que genera cambios en la salud oral, como el oscurecimiento y el desgaste de los dientes. Cuando llegamos a la madurez o envejecemos, el esmalte se vuelve más opaco, la sensibilidad dental disminuye y los dientes se tornan más vulnerables.
El envejecimiento general provoca la obstrucción progresiva de los túbulos dentales.
Te contamos cuáles son los principales cambios dentales debido al envejecimiento:
Esmalte: El esmalte dental es la primera capa que recubre los dientes y representa la sustancia más dura de todo nuestro organismo. Su principal función es proteger el diente contra las amenazas externas. Con el paso del tiempo, esta sustancia se va gastando, y a esto le llamamos la desmineralización, predisponiendo a la aparición de caries y otras lesiones. Efectivamente, toda alteración del esmalte facilita el ataque bacteriano, además de darle una apariencia opaca y plana a los dientes.
Dentina: Es un tejido recubierto por el esmalte y es el principal responsable de la sensibilidad de los dientes. El envejecimiento general provoca la obstrucción progresiva de los túbulos dentales, lo que implica una disminución de la sensibilidad y una mayor dificultad para someterse a los tratamientos de conductos.
Pulpa: Es el tejido que se encuentra en el interior de los dientes y está conformado por nervios, vasos sanguíneos y otras células. Con los años, el volumen de la pulpa disminuye, produciendo una reducción de la vascularización y del aporte sanguíneo y, como consecuencia, el diente se vuelve una estructura más vulnerable y menos sensible a los estímulos.
Además, la presencia de caries y el efecto de algunos hábitos diarios – la fricción de los dientes, el desgaste causado por el cepillado abrasivo, entre otros – pueden acelerar el proceso de envejecimiento bucal.
La buena higiene oral y los cuidados dentales regulares, sin embargo, son importantes durante toda la vida, sin importar la edad. Mantener una buena higiene oral en el hogar y visitar el dentista con frecuencia son prácticas que pueden evitar muchos problemas dentales en el futuro.

viernes, 6 de marzo de 2015

Todos sabemos que los cuidados con la higiene bucal son fundamentales para mantener los dientes limpios y sanos por toda la vida. Pero algunos hábitos pueden afectar la estructura de los dientes, y los hacemos sin darnos cuenta. Uno de ellos es el cuidado con los medicamentos que toman los niños.

Estudios realizados han demostrado que los bebés y niños que reciben medicación habitual durante los primeros años de vida tienen más del doble de riesgo de padecer defectos en el desarrollo del esmalte dental que el resto.
Una de las últimas investigaciones sobre el tema fue realizada por la Universidad de Granada. Los expertos investigaron la higiene bucal y los hábitos de los escolares, y concluyeron que el 60,3% de los niños que participaron habían sido medicados de manera habitual y presentaban defectos en el desarrollo del esmalte.

Estas alteraciones pueden ser una disminución de la mineralización, vista como manchas opacas en los dientes, o también una deficiencia en el espesor del esmalte, llamada hipoplasia. 
Además de perjudicar la estética, estos defectos en la formación del diente traen como consecuencia un mayor riesgo de caries, fracturas y provocan sensibilidad y dolor en los dientes afectados. 

Los expertos recomiendan que se debe tener especial cuidado con el uso de antibióticos a base de tetraciclinas, que causan la desmineralización y el oscurecimiento del esmalte así como el empleo de jarabes muy azucarados, por lo que una buena práctica será el  que el niño se lave los dientes o enjuague la boca con agua a fin de prevenir la fermentación de los azúcares y por ende, la desmineralización y avance rápido de las caries.