viernes, 26 de diciembre de 2014

Las glándulas salivales también pueden enfermarse

Cuando hablamos sobre la salud bucal, normalmente se piensa solamente en las piezas dentales y las encías. Sin embargo, hay otras estructuras en la boca que merecen la misma atención, como la lengua.
Aunque no son comunes en este órgano, algunas enfermedades realmente existen y pueden molestar aquellos que las contraen, como por ejemplo el sialolito.
Esta molestia, también llamada piedra o cálculo en la glándula salival, es una condición que afecta directamente la boca. Se traduce en una estructura calcificada que puede desarrollarse en el interior de una glándula salival o en su conducto, lo que conlleva al bloqueo del flujo de saliva hacia la boca.
La causa exacta de la formación de los sialolitos se desconoce, pero ya se sabe que se forman cuando hay una acumulación de sustancias químicas en la saliva, como el calcio. Aunque los factores que desencadenan la enfermedad son desconocidos, ya se sabe que la disminución de la saliva y su espesamiento pueden contribuir al desarrollo de los cálculos salivares.
Otros factores causantes pueden ser la deshidratación, el uso de ciertos medicamentos, como los antihistamínicos; una alta presión arterial; fármacos psiquiátricos y drogas para la vejiga.
A pesar de no provocar síntomas cuando se forman, cuando crecen las piedras en las glándulas y bloquean el conducto, acaban generando algunas molestias. Dolor e hinchazón son los síntomas más comunes. El dolor normalmente se ubica en la región de la glándula dañada. Sin embargo, si no es detectado y tratado, puede empeorar progresivamente a través de la inflamación y la infección.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Consejos para las madres que te ayudaran a mejorar y prevenir la salud dental de tu hijo

Estudios indican que cuanto más temprana es la higiene bucal, menor es el riesgo de desarrollar enfermedades orales a lo largo de la vida. 

Según informa la Academia de Odontología General (AGD), los cuidados con la dentadura deben desarrollarse cuando el bebé tiene alrededor de cuatro meses, es decir, cuando deja la lactancia y empieza a tomar papillas y otras comidas.

Cuando empiezan a salir los primeros dientes, se recomienda limpiarlos con un algodón o paño húmedo.  


A medida que su número aumenta,  se debe usar un cepillo suave y pasta dental especial para niños.

La dentición se completa entre los 2 y 5 años de edad. A partir de ese periodo es importante centrarse en la prevención y diagnóstico precoz de enfermedades dentarias.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 60 a 90% de los escolares de todo el mundo tienen caries. Eso se debe al consumo excesivo de azúcar en los primeros años de vida.

La principal recomendación es evitar que el pequeño consuma productos dulces que permanezcan mucho tiempo en la boca, como caramelos, chicles, bebidas de cola y gaseosas.

El cepillado diario y el uso de flúor son dos hábitos fundamentales para mantener alejados problemas como las caries en la primera infancia.

domingo, 14 de diciembre de 2014

La madre que crió a su hijo sin chupete, biberón y golosinas

Cuando decidió tener un hijo, la brasileña Helena Camargo sabía que tenía que mantenerse firme en sus decisiones. Y es que ella sabía que sería diferente de la mayoría de las madres en sus hábitos de alimentación y de los de su hijo. Helena quería dar la máxima prioridad a la lactancia materna y una alimentación saludable. Por eso, decidió mantener a su hijo apartado de chupetes y biberones.

"Pero todo esto no sería posible si yo no tuviera un médico para guiarme en todo. Yo recibí, en mi propia familia, muchas críticas a esta postura, sobre todo por no darle chupete a mi hijo. Ellos no apoyan la idea de dejarlo llorando en lugar de calmarlo con un chupete ", cuenta Camargo.

Para tomar este tipo de decisiones, es muy importante que las madres no sólo se informen sobre los efectos nocivos del uso de estas herramientas (chupete y botellas), sino también sobre las alternativas a su uso. "Un profesional capacitado y el apoyo de la familia ayudan a las mamás a enfrentar las situaciones más difíciles sin optar por las soluciones más rápidas para acabar con el lloro del bebé”, explica Rosana Possobon, profesora y coordinadora del Cepae (Centro Investigación y Tratamiento Dental para pacientes especiales) de la Universidad de Campinas, en Brasil.

El truco de Helena

Con determinación, Helena amamantó a su hijo exclusivamente con leche materna hasta los seis meses y después le dio otros alimentos hasta que el niño cumplió un año y medio. Eso fue posible con la ayuda de un ordeño manual para la extracción de la leche. "Esta práctica sencilla (utilizada para aliviar el pecho), ayuda al niño a ejercitar los músculos de la cara y la lengua, evitando el uso de chupetes y biberones ", dice Rosana.


El chupete es dañino

El uso del chupete está fuertemente asociado con el desmame precoz, es decir, el cese de la lactancia materna antes del sexto mes de vida del niño. "La cultura del uso del chupete aún es muy fuerte y su uso puede causar el desarrollo anormal de los músculos de la cara y de la lengua", explica la madre.
Como Helena logró amamantar al niño hasta un año y medio, se hizo más fácil resistir al uso del chupete. "Usar el chupete es sin duda la opción más fácil. A veces, realmente no sabemos por qué el bebé está llorando y nos quedamos agotados. Yo confieso que tuve ganas de usar el chupete algunas veces, pero resistí en nombre de la salud oral de mi hijo. Al final, llegué a conocerlo más. Yo sabía la razón de cada llanto”, conmemora.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Cómo afecta el envejecimiento a la salud bucal


Esmalte: El esmalte dental es la primera capa que recubre los dientes y representa la sustancia más dura de todo nuestro organismo, con el paso del tiempo, esta sustancia se va gastando, y a esto le llamamos la desmineralización, predisponiendo a la aparición de caries y otras lesiones. 


Dentina: Es un tejido recubierto por el esmalte y es el principal responsable de la sensibilidad de los dientes. El envejecimiento general provoca la obstrucción progresiva de los túbulos dentales, lo que implica una disminución de la sensibilidad.

Pulpa: Es el tejido que se encuentra en el interior de los dientes y está conformado por nervios, vasos sanguíneos y otras células. Con los años, el volumen de la pulpa disminuye y, como consecuencia, el diente se vuelve una estructura más vulnerable y menos sensible a los estímulos.

Además, la presencia de caries y el efecto de algunos hábitos diarios la fricción de los dientes, el desgaste causado por el cepillado abrasivo, entre otros pueden acelerar el proceso de envejecimiento bucal.

La buena higiene oral y los cuidados dentales regulares, sin embargo, son importantes durante toda la vida, sin importar la edad. 

No dudes en acudir a nosotros ante cualquier dolor o molestia, estamos a tu disposición y recuerda que la primera visita es gratuita, e incluye la revisión, la placa RX, la limpieza dental, el diagnostico y el presupuesto y además en caso que necesites financiación esta es gratuita.



martes, 2 de diciembre de 2014

Cuando se pierde el sentido del gusto

Algunas personas prefieren las comidas dulces, mientras que a otras se les hace agua la boca una pasta con salsa. Apreciar distintos tipos de alimentos es común, pero las alteraciones de sabor muy significativas podrían representar alguna enfermedad. A veces, por distintos motivos, la transferencia de sensaciones de sabor al cerebro se interrumpe o cambia, cambiando la manera como la lengua interpreta los sabores. Cuando esto ocurre, la persona puede tener diferentes sensaciones al poner una comida en la boca, que van desde una distorsión del gusto hasta una pérdida completa del sentido del sabor.









El gusto es uno de los cinco sentidos de nuestro cuerpo, que se suma al tacto, la vista, el oído y el olfato. Para sentir distintos sabores, la lengua cuenta con alrededor de 10 mil papilas gustativas, que se conectan al cerebro y envían las sensaciones de las comidas. Las papilas están ubicadas en distintas zonas de la lengua y, de acuerdo con esas zonas, cada parte de ella es capaz de detectar uno de los sabores básicos: dulce, salado, ácido o amargo.
Algunas enfermedades pueden causar una alteración en estas papilas, conllevando a las alteraciones de sabor o a la pérdida del gusto. La dificultad de sentir los sabores es llamada hipogeusia, mientras que la enfermedad caracterizada por la incapacidad de detectar cualquier sabor se llama ageusia. Seguramente, la pérdida total del gusto es rara; normalmente, es un reflejo de la pérdida del olfato, lo que a menudo es confundido con la pérdida del gusto.
Estas alteraciones generalmente son causadas por la enfermedad de reflujo gastrointestinal, infección de las glándulas salivales, la sinusitis , la mala higiene dental, o incluso algunos medicamentos. Normalmente, el sabor no se pierde por completo, pero se deteriora, lo que resulta en un sabor desagradable en la boca. Los problemas del gusto pueden ser causados por cualquier factor que interrumpa la transferencia de sensaciones de sabor al cerebro o por enfermedades que afectan la forma en que el cerebro interpreta estas sensaciones.
El reflujo gástrico es una causa común. El ácido del estómago regurgita en la boca, produciendo un sabor descrito como ácido o metálico. Otras causas comunes incluyen la parotiditis, un crecimiento excesivo de microorganismos en las glándulas salivales. La mala higiene dental también puede estimular el crecimiento de bacterias en la boca, alterando el gusto.
Por eso, si no disfrutas comer tu dulce favorito como antes, o sientes la necesidad de poner más sal o azúcar en lo que consumes, es importante asistir a un experto para evaluar si tienes alguna alteración de gusto. Además, mantén una buena higiene bucal para evitar este y otros males.