viernes, 31 de julio de 2015

La salud bucal es importante para el éxito de la gestación

Aquí os dejamos otro consejo que nos indica la importancia del cuidado dental durante el embarazo.




El embarazo comporta una serie de cambios orgánicos y de conducta que pueden repercutir en la cavidad bucal provocando un mayor riesgo de caries y de enfermedad de las encías. Por ello, cuando la mujer sepa de su embarazo, debería solicitar una visita de revisión con su odontólogo que le indicará si tiene alguna patología y realizará los tratamientos preventivos necesarios. Pero un estudio llevado a cabo en Australia y publicado  en la revista "Obstetrics and Gynecology" apuntó que la salud bucal también tiene un rol importante para el éxito de la gestación.


La investigación indica que una salud dental defectuosa puede retrasar hasta dos meses el embarazo y se suma a otros factores ya conocidos que afectan a la fertilidad femenina, como la obesidad, el tabaquismo o el estrés.

Los autores de la investigación, de la University of Western Australia, que han analizado a 3.500 mujeres, creen que la causa es la inflamación en las encías, ya que si no se controla puede desencadenar reacciones capaces de alterar el funcionamiento normal del cuerpo.

Esa conclusión es de suma importancia pues, solamente en Europa, las enfermedades periodontales severas afectan a alrededor del 10% de la población y están vinculadas también a los problemas cardiovasculares, a la diabetes mellitus 2, a la artritis y al aborto involuntario.

Tras los resultados, los investigadores recomiendan a las mujeres que quieren quedarse embarazadas tener un cuidado extra con la salud de la boca, además de dejar el tabaco y el alcohol, evitar el sobrepeso y tomar ácido fólico. Para evitar problemas mayores, aquellas que quieren ser madres deben visitar al dentista para realizarse un examen bucal y los tratamientos oportunos.


#‎clinicadentalValencia
‪#‎implantesdentalesValencia

martes, 21 de julio de 2015

¿ Que pasa tras dos semanas sin lavarse los dientes ?





La relación entre la salud bucal y las enfermedades en el cuerpo ha sido puesta a prueba por un hombre que decidió ser objeto de un estudio. El voluntario, protagonista de una serie televisiva, pasó 15 días sin cepillarse los dientes. Las consecuencias fueron abrumadoras.

Después de dos semanas sin una rutina de higiene bucal, al volver a cepillarse los dientes, sus encías inflamadas comenzaron a sangrar. Las pruebas realizadas por el profesor Iain Chapple, de la Universidad de la Escuela de Odontología de Birmingham, confirmaron que la falta de higiene bucal había alcanzado el sistema inmunológico del paciente.

Según el experto, las pruebas en laboratorio comprobaron que los glóbulos blancos se volvieron más vulnerables y menos eficaces a la hora de atacar una infección debido a la inflamación crónica en las encías. Sí uno pasa más de dos semanas sin lavarse la boca, de acuerdo con Chappel, el problema puede llegar a dañar otras células del cuerpo como las de los órganos o las del sistema circulatorio.

Eso ocurre porque, cuando una infección solo dura unos días, el cuerpo responde de forma saludable. Sin embargo, cuando el cuerpo necesita luchar constantemente contra una infección, se provocan problemas de salud vinculados con el desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes, Alzheimer, cáncer o problemas cerebro-vasculares.

Y recuerda, durante este mes celebramos nuestro segundo aniversario con descuentos del 30% en implantes dentales y del 25% en ortodoncias infantil y para adultos en Valencia.

#clinicadentalValencia

viernes, 10 de julio de 2015

"La saliva, mucho más que agua" 3 de 3



La saliva en el biotopo de la cavidad bucal
Las numerosas superficies húmedas y cálidas existentes en la boca constituyen el hábitat ideal (biotopo) para muchos microorganismos, principalmente bacterias, pero también levaduras (como la Cándida) y protozoos (como la Entamoeba gingivalis). Además de disfrutar de un clima ideal, estos organismos también se benefician ya que reciben una alimentación muy generosa a través de nuestro consumo habitual de alimentos.
La supervivencia en el biotopo de la cavidad bucal
Las bacterias sólo pueden sobrevivir en nuestra boca si consiguen adherirse y no ser tragadas. Hay unas pocas especies de bacterias, en especial los estreptococos, que pueden adherirse directamente a la película adquirida. Por un lado, lo consiguen a través de los iones de calcio con carga positiva que se encuentran entre las superficies de la película adquirida cargadas negativamente y las bacterias. Por otro lado, también se da un enlace específico y directo de las proteínas de las bacterias (lectinas) con la estructura de la película adquirida.
Tan sólo cinco minutos después de limpiar la superficie dental, las primeras bacterias ya empiezan a adherirse a la película adquirida recién formada. Posteriormente, proliferan mediante división celular hasta formar una biopelícula. A su vez, esta primera capa de bacterias “pioneras” permite que se adhieran otras. Después de dos o tres horas ya se ha formado una placa visible a simple vista. Durante los días siguientes, en las zonas protegidas de la boca, las colonias bacterianas aumentan formando complejas estructuras tridimensionales conocidas como “placa madura”. Si la placa no se elimina mediante el cepillado o el uso del hilo dental, su grosor puede alcanzar un milímetro o 300 bacterias. En colonias de este tamaño, especialmente en las capas inferiores más cercanas al diente se experimenta una falta de oxígeno. Para seguir extrayendo energía de la comida estas bacterias deben pasar a la fermentación, un proceso que produce ácidos orgánicos en lugar de dióxido de carbono y agua. El micro-clima acídico resultante disuelve el cristal de hidroxiapatita y aparece la caries. Aproximadamente una semana más tarde, la placa empieza a mineralizarse: el calcio y el fosfato de la saliva se depositan en la colonia bacteriana y la endurecen, provocando el cálculo dental.
Una placa firme y gruesa como ésta sólo puede formarse en lugares de la boca donde las bacterias pueden proliferar tranquilamente durante días. El flujo constante de saliva evita que esto ocurra en la mayoría de las superficies dentales ya que simplemente arrastra las capas bacterianas que no están bien adheridas. La placa dental y el cálculo no se forman en las superficies expuestas incluso en personas que no se cepillan los dientes durante largos períodos de tiempo. Sin embargo, otras zonas como el espacio interdental y las bolsas de las encías ofrecen la suficiente protección contra la función de enjuague mecánico de la saliva.
Pero la saliva puede hacer aún más: las proteínas que forman la película adquirida en la superficie de los dientes a la que pueden adherirse las bacterias también están presentes en forma soluble en la saliva. Las bacterias no pueden diferenciar si la mucina a la que se enlazan está fijada a la superficie del diente o fluye libremente en la saliva y pasa al estómago en el siguiente proceso digestivo. Por ello, muchas bacterias quedan atrapadas y se tragan. Además, la saliva contiene la enzima lisozima que ataca y perfora las paredes celulares de ciertas bacterias haciendo que exploten. Además también segregamos anticuerpos (inmunoglobina A) a la saliva para evitar que los patógenos se establezcan en la cavidad bucal.
Nuestra saliva promueve la presencia de bacterias que no producen ácidos y contribuye a eliminar las bacterias indeseables y excesivas con el uso del nitrato. El nitrato es una importante fuente de nitrógeno para las plantas y por eso se utiliza como fertilizante. Muchas plantas, especialmente las verduras, almacenan reservas de nitrato para utilizarlo en caso de necesidad. Nuestras células no utilizan mucho el nitrato y por ello fluye por nuestra sangre sin ser utilizado hasta que lo excretamos a través de la orina. Sin embargo, algunas bacterias pueden usar el nitrato (NO3-) en vez de oxígeno para respirar, convirtiéndolo en nitrito (NO2-). Cuando el nitrito entra en contacto con el ácido se transforma en un potente veneno que puede matar las bacterias presentes en los alrededores. Nuestras glándulas salivales acumulan nitrato procedente de la sangre y lo segregan en la boca con la saliva, donde desempeña varias funciones y ayuda a que las bacterias puedan respirar nitrato en lugar de oxígeno (bacterias desnitrificantes). Cuando hay poco oxígeno producen nitrito, pero nunca ácidos por lo que no provocan caries. Si una bacteria desnitrificante vive al lado de una bacteria productora de ácido, ésta última morirá debido a la reacción de su propio ácido con el nitrito, reduciendo su producción. Cuanto menos ácido hay, más protegidos están los dientes. Además, el nitrito que tragamos con la saliva reacciona con el ácido gástrico y puede matar en el estómago los posibles patógenos ingeridos con la comida.
Conclusiones
¿Qué pasaría si al producir saliva sólo acumuláramos agua en la boca? Nos atragantaríamos con la comida con mucha mayor frecuencia porque no se formaría el bolo alimenticio. Los nutrientes macromoleculares como las proteínas y las féculas, y probablemente también las grasas, tendrían un sabor neutro. Sólo podríamos saborear la comida predigerida que ya tuviera aminoácidos y azúcares individuales. Los iones de calcio y fosfato extraídos de la hidroxiapatita por la acción del agua y los ácidos no tamponados no serían sustituidos. El esmalte dental se desmineralizaría, haciéndose más poroso. Las bacterias podrían extenderse libremente y provocarían la aparición de caries debido a la mayor producción de ácidos.

martes, 7 de julio de 2015

30% de descuento en IMPLANTES DENTALES EN VALENCIA, celebramos nuestro 2º ANIVERSARIO, GRACIAS A TODOS !!!


Ayer, mientras estábamos celebrando los socios y empleados el segundo aniversario de nuestra clínica, recibimos la grata visita de Luis y Natacha que junto a sus hijos nos regalaron una maravillosa tarta que disfrutamos junto a otros amigos que también se acercaron a felicitarnos.


GRACIAS A TODOS

sábado, 20 de junio de 2015

La saliva, mucho más que agua 2 de 3
















La saliva como elemento constructor

La materia dura de nuestros dientes (esmalte y dentina) está formada por un cristal de gran dureza llamado hidroxiapatita. La hidroxiapatita contiene iones de calcio, fosfato e hidroxilo, además de moléculas orgánicas, principalmente colágeno, y en el caso de la dentina también proyecciones celulares de odontoblastos (células que producen dentina).

Fuente de elementos constructores

Debido a sus propiedades específicas, el agua puede disolver los iones presentes en los cristales de sal. Por ejemplo, la sal de mesa se deshace rápidamente en agua, separándose en sus iones constituyentes: sodio y cloro. Aunque en la hidroxiapatita los iones están enlazados muy estrechamente, en el agua el cristal perdería iones de la superficie y encogería. Para invertir este proceso, nuestra saliva contiene iones de calcio y fosfato que ocupan los espacios liberados en la red cristalina, evitando la corrosión continua de la superficie del esmalte. Si nuestra saliva se diluyera continuamente con agua, la concentración de fosfato de calcio sería insuficiente y el esmalte dental empezaría a erosionarse. Por ejemplo, esto es lo que ocurre en el denominado síndrome del biberón en niños pequeños. Debido a la succión prolongada del biberón, aunque sólo contenga agua, los dientes se hacen más porosos y aparece la típica caries en los dientes incisivos. Algunas de las estrategias para reducir el riesgo de que aparezca son: una buena higiene bucal que incluya cepillar los dientes dos veces al día con pasta de dientes con flúor y la reducción al mínimo de la exposición prolongada de los dientes a bebidas con carbohidratos fermentables (Ejem. zumos, leche, papillas infantiles)

Neutralización de ácidos

La hidroxiapatita sólo se forma en presencia de una cantidad suficiente de iones de hidroxilo (OH-) y fosfato (PO43-), condición típica del pH alcalino (pH>7). En condiciones acídicas, los iones de hidroxilo se convierten en agua y los iones de fosfato en fosfatos monohidrogenados, dihidrogenados, y trihidrogenados que no encajan en la red cristalina, por lo que son arrastrados. La saliva evita que esto ocurra mediante sustancias tamponadoras que mantienen el pH cerca de un valor neutro, es decir, alrededor del 7. Si el pH es demasiado alcalino durante un período de tiempo prolongado, la hidroxiapatita aumenta rápidamente, lo que favorece la aparición del sarro o cálculo dental. Por el contrario, la exposición prolongada a fluidos acídicos (pH<7), como por ejemplo al succionar zumo de un biberón, desgasta el esmalte, dejándolo fino y poroso.
Hemos visto que la superficie del cristal de hidroxiapatita que forma el esmalte es sensible a los cambios en la composición de la saliva y está sometida a una reconstrucción continua. Sin embargo, se supone que los dientes deben mantenerse sanos y funcionales durante décadas, para lo cual sería deseable tener un ambiente estable en la superficie del esmalte. En este sentido, la saliva también desempeña una función: algunos de sus componentes, principalmente las mucinas, se fijan con firmeza en la superficie del cristal y crean una capa protectora. Esta capa protectora de moléculas mucosas, denominada película adquirida, enlaza con el agua y los iones, haciendo que permanezcan en su sitio. Además, nivela las irregularidades existentes en la superficie del cristal, manteniéndola suave y lubricada.

viernes, 12 de junio de 2015

La saliva, mucho más que agua 1 / 3


















El 99% de la saliva es agua. Sin embargo, el 1% restante contiene muchas sustancias importantes para la digestión, la salud dental y el control del crecimiento de microbios en la boca.



Las glándulas salivales de la boca producen entre 1 y 2 litros de saliva al día. El plasma sanguíneo es la base del cual las glándulas salivales extraen ciertas sustancias y a la que añaden otras. La lista de los ingredientes que se han encontrado hasta ahora en la saliva es larga y sigue aumentando, e igual de variadas son sus numerosas funciones, algunas de las cuales se mencionan a continuación.


La comida y la saliva


Evitar que nos atragantemos con la comida



Una función importante de la saliva mientras comemos se basa en su viscosidad. Durante la masticación, el alimento seco, desmenuzado o en proceso de desintegración se convierte en una masa blanda y húmeda, el “bolo alimenticio”. Este bolo se compacta gracias a las mucinas, unas moléculas largas parecidas a hilos que se enredan en sus extremos. Además, las mucinas enlazan grandes cantidades de agua, lubricando el bolo. Esto es importante para evitar que nos atragantemos con la comida y que el esófago se dañe por el contacto con las partículas ásperas de los alimentos.

Gusto


La saliva es esencial para el sentido del gusto. Las papilas gustativas se esconden en surcos profundos y estrechos de la lengua a los que no pueden llegar los compuestos aromáticos secos o abultados. Haga el siguiente experimento: cierre los ojos y ponga un terrón de azúcar o de sal sobre su lengua; comprobará que resulta más difícil diferenciar entre ellos cuanto más seca esté la lengua. Las moléculas individuales para percibir el sabor dulce o salado sólo se liberan tras humedecer el terrón con saliva. Esta función de la saliva viene determinada por el agua, que es su principal componente.


Los alimentos más complejos, como féculas o proteínas, requieren más ayuda de la saliva antes de que podamos identificar su sabor. Los diversos receptores de nuestras papilas gustativas sólo enlazan moléculas pequeñas e iones, no largas cadenas de moléculas (polímeros). Por esta razón, una molécula de fécula, aunque esté formada por millones de azúcares individuales (monosacáridos), no tiene sabor dulce. La saliva contiene enzimas digestivas para revelar la verdadera naturaleza de los alimentos. Cada enzima acelera una reacción química específica que, de otro modo, sería demasiado lenta para llevar a cabo su función. Por ejemplo, la amilasa ayuda a que el agua de la saliva rompa los enlaces químicos existentes entre los monosacáridos de la fécula. Después, las unidades individuales de azúcar liberadas se enlazan con los receptores “dulces” que, a su vez, transmiten al cerebro el mensaje de que se trata de un alimento nutritivo y que se puede tragar. Lo mismo ocurre con las proteínas; en este caso las proteasas presentes en la saliva rompen los aminoácidos individuales y algunos de ellos pueden estimular el receptor “umami” (umami = sabroso).

lunes, 8 de junio de 2015

La boca seca puede causar gingivitis: aprende a evitarla

 Clinica dental  Valencia












El síndrome de la sequedad bucal, también conocido como xerostomía, puede ser un estado fisiológico o una enfermedad sistémica, lo que acelera la aparición de caries dentales, infecciones orales y especialmente gingivitis. Y, de acuerdo con el Instituto de Investigación Dental y Craneofacial de Estados Unidos, la inflamación gingival es la principal causa de pérdida de dientes en el mundo.


Entre los principales síntomas de la xerostomía figura una sensación pegajosa en la lengua (causada por la falta de saliva), mal aliento, lengua roja, áspera y seca, una mala sensación en la garganta, sed, llagas y grietas en los labios, ardor en la lengua, dificultad al hablar, sequedad en las fosas nasales y dolor de garganta.

Fisiológicamente, la salivación comienza a disminuir después de los 30 años. "Una persona con 60 años tiene la mitad de la cantidad de saliva de un hombre joven. Al tener la boca seca e incómoda, la deglución se vuelve más difícil y la resistencia oral disminuye, aumentando la dificultad para masticar", explica Artur Cerri, director de la APCD (Asociación Paulista de Cirujanos Dentistas).

Con menor resistencia, la aparición de caries y enfermedad de las encías se vuelve más común, lo que afecta no sólo los dientes de las personas mayores, así como la salud en general. "Es un círculo vicioso que se debe detener. Al controlar el síndrome de la boca seca, se mantiene la salud oral del paciente en orden y se evita la inflamación y las infecciones que conducen a la mala alimentación y que pone en peligro su disposición física y mental ", dice el experto.

Las drogas, la enfermedad y el tabaquismo

Más allá del proceso de envejecimiento, otros factores pueden causar sequedad en la boca, tales como el uso de algunos medicamentos y otras enfermedades tales como diabetes, anemia, fibrosis quística, la hipertensión y la artritis reumatoide, entre otros.

"No podemos descartar otras causas, como la deshidratación y los daños al sistema nervioso, especialmente después de un traumatismo o cirugía”, advierte el experto. Otra causa muy común es el tabaquismo. El fumador lleva mucho tiempo para respirar por la boca mientras fuma, y esto termina por agravar la molestia.

Además de acudir al médico, se aconseja mantener una buena higiene oral, beber mucho líquido y cultivar una dieta rica en alimentos con alto contenido de agua.

#clinicadentalValencia
#implantesdentalesValencia