viernes, 20 de febrero de 2015

La falta de vitaminas puede demostrarse en las encías


Las encías y los dientes mantienen una relación muy estrecha. 

Ese tejido es responsable de apoyar y sentar una base fuerte para las piezas dentales, además de protegerlas contra las bacterias. 

Cualquier problema en las encías puede afectar gravemente la salud de la boca en general, y por lo tanto hay que prestar atención especial a esa parte. 

Algunas señales, como el cambio en el color de la encía o el sangrado, deben ser evaluadas por un dentista. Si no son tratadas, estas molestias pueden conllevar complicaciones más graves.

Ya se sabe que la mejor manera de evitar las enfermedades bucales es la prevención. En cuanto a las encías, la alimentación adecuada tiene un papel importante para mantenerlas saludables. Existen nutrientes cuya participación en la formación y salud de los dientes y las encías es fundamental. Entre ellos se encuentran el calcio, el fósforo, el flúor, la vitamina D, la vitamina A y las vitaminas del grupo B.

Estos nutrientes, esenciales para la formación y mantenimiento de las estructuras del organismo en general, y de los dientes y encías en particular, son indispensables en la dieta de cualquier franja etaria. Acá te aclaramos los beneficios de estas vitaminas para la salud de la boca.

Vitamina E

Esta vitamina es popularmente utilizada por dentistas para tratar diversos problemas orales, y puede ser uno de los principales suplementos para unas encías sanas. La aplicación de aceite de vitamina E en la zona afectada, por ejemplo, puede aliviar el dolor y mejorar el aspecto de las encías cuándo están dañadas. La vitamina E puede ser encontrada en el aceite de germen de trigo y el aceite vegetal no refinado. También es antioxidante y ayuda a proteger contra la enfermedad de las encías.

Vitamina D

Esta vitamina tiene una importante función en el mantenimiento de la salud ósea y dental, ya que facilita la absorción de calcio y fósforo, los cuales son necesarios para tener huesos y dientes sanos, y para mantener en buen estado nuestro sistema nervioso. Así, al consumir de manera adecuada la vitamina D, aseguramos unas encías más fuertes y preparadas para resistir a las bacterias. La vitamina D se encuentra en el pescado azul, el aceite de hígado de pescado, la margarina, los huevos, la leche y los productos lácteos. Una parte de esta vitamina se forma en la piel por acción de los rayos solares, de ahí la importancia de exponernos al sol moderado, sobre todo los niños.

Vitamina C

La vitamina C juega un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la salud de los dientes y las encías, pues interviene en la síntesis de colágeno de las encías y del resto del organismo. El colágeno es necesario en la formación de la piel, los músculos, los vasos, los órganos internos, entre otros. Su función es fundamental en los procesos de reparación y cicatrización de estos tejidos. Además, interviene en la formación de cartílago, tendones, huesos y dientes, favoreciendo la adecuada formación de material osteoide y la función de los osteoblastos. Por otro lado, la vitamina C protege la integridad de los vasos sanguíneos, manteniendo su adecuada permeabilidad, con lo que a nivel del periodonto protege de los ataques bacterianos. La vitamina C se encuentra en las frutas conocidas, como cítricos (naranja, limón, mandarina, pomelo, etc.); kiwi, soja fresca, tomates, pimiento verde, lechuga, patata, coliflor, etc.

viernes, 13 de febrero de 2015

Los implantes dentales suponen una nueva herramienta para la identificación de cadáveres carbonizados



Investigadores de la Universidad Europea han descubierto que los implantes dentales pueden ser eficaces para identificar un cadáver carbonizado, y es que son tratamientos cada vez más frecuentes en la población en general y por ello es posible comparar datos de las historias clínicas de las víctimas con los que se obtienen del estudio del cadáver, para llegar a la identificación.

Según señalan los científicos, cuando grandes catástrofes caracterizadas por presentar un número elevado de víctimas se producen por altas temperaturas es frecuente encontrar restos que presentan graves alteraciones que complican su identificación mediante las técnicas forenses habituales, como es el estudio de las huellas dactilares.
Por ese motivo, aseguran que la Odontología forense "puede aportar información necesaria para determinar la identidad de los sujetos con la misma efectividad que una prueba de ADN", ya que las estructuras dentales y los materiales más usados en las restauraciones odontológicas presentan una alta resistencia a las agresiones térmicas y son únicas en cada persona.
Las doctoras Margarita Gómez y Ana Suárez, directoras de los Departamentos de Odontología Infantil y Odontología Adultos de la Universidad Europea de Madrid, destacan que los implantes dentales "son capaces de soportar temperaturas muy elevadas y ser reconocibles e identificables", estando su punto de fusión en los 1650 grados centígrados si son de titanio y en 1850 grados centígrados (ºC) si son de zirconio, "lo cual permite la identificación gracias al cotejo de datos y registros, como las radiografías, obtenidos antes del fallecimiento".
Estas expertas afirman que a través de la investigación se ha detectado que "no se observan cambios morfológicos en los implantes a nivel radiográfico ni a nivel macroscópico tras someterlos durante una hora a temperaturas de 200º, 400º y 800 ºC". Así, el resultado de la investigación "ha permitido la identificación de los implantes dentales mediante radiografías periapicales".
"Seguimos trabajando para perfeccionar la metodología de comparación de radiografías antes y después del fallecimiento y actualmente estamos investigando con las radiografías de los tratamientos endodónticos para la identificación de este tipo de víctimas con muy buenos resultados y esperamos que pronto podamos difundir la información", apuntan las especialistas.

sábado, 7 de febrero de 2015

Maloclusión dental, mucho más que un problema estético

Las malposiciones o maloclusiones que afectan sólo los dientes son llamadas maloclusiones dentarias. En ellas los dientes están apiñados, desalineados, torcidos o separados. 

Las que afectan a los maxilares se llaman maloclusiones esqueletales donde existe diferencia entre el tamaño o la posición de un maxilar con respecto al otro (maxilar vs. mandíbula). 
Una persona puede tener uno o los dos tipos de maloclusión y, dependiendo de la severidad del caso, el ortodoncista determinará cuándo se debe empezar un tratamiento ortodóncico, qué tipo de aparatos se necesitan y la duración del mismo.
Los dientes pueden estar en distintas posiciones cuando salen de la oclusión normal. Pueden estar apiñados, cruzados, separados y puede haber exceso de dientes (dientes supernumerarios), ausencia de ellos (ausencias congénitas) o pueden estar retenidos (que no han podido salir). En la ortodoncia básicamente existen tres grupos de maloclusiones, las cuales pueden presentar las características antes nombradas. Estos grupos son: Clase l, Clase II y Clase III. Cada una de ellas deberá ser tratada de una manera distinta.
Clase l: Es la más frecuente de todas. Las maloclusiones de este tipo se observan cuando los maxilares están bien alineados pero los dientes no engranan bien. Pueden haber dientes demasiado grandes o demasiado pequeños para los maxilares, lo cual dificultará la masticación, facilitará la aparición de caries y enfermedades de las encías (sangramiento, etc.) y a veces afectará la apariencia personal.
Clase II: A este grupo pertenecen la mayoría de los que tienen los “dientes salidos” o protruídos. Puede ocurrir cuando el maxilar superior crece más de lo normal y se ve sobresalido o cuando la mandíbula es deficiente, o sea no ha crecido lo suficiente. En pacientes adultos, una deficiencia mandibular muy grande puede requerir cirugía.
Clase III: Es la menos común de las maloclusiones. La mandíbula luce más salida o protruída que el resto de la cara pero también puede deberse a una deficiencia en el crecimiento del maxilar superior. Muchos casos en niños pueden ser tratados con relativo éxito, pero algunos de ellos requerirán de un tratamiento combinado de ortodoncia con cirugía para su corrección adecuada.

Otros de los problemas más comunes que pueden verse en cualquier maloclusión son: 
✓ Mordida cruzada: Uno o más dientes, ya sea de los anteriores o de los molares, pueden estar en una relación invertida con su antagonista. 
✓ Mordida abierta: Cuando no pueden chocarse los bordes de los dientes de adelante, a pesar de que los molares si hacen contacto. Es muy común en los succionadores de dedo y en los respiradores bucales. 
✓ Mordida profunda: Los dientes superiores cubren demasiado a los dientes inferiores, llegando en algunos casos a contactar con la encía del paladar al masticar e inhibiendo el crecimiento normal de la mandíbula en pacientes jóvenes. Esta condición puede inclusive causar lesiones.

miércoles, 28 de enero de 2015

El falso código secreto de las pastas de dientes

Hace unos dias, vimos el siguiente artículo:

"La gente no presta mucha atención a lo que no sea la marca y el sabor de la pasta de dientes favorita, pero realmente debe hacerlo! Después de leer esto, apuesto a que va a empezar a buscar los detalles de su tubo de pasta de dientes!
En el mundo de hoy, usted puede comprar pasta de dientes en diferentes colores, sabores, olores, etc. Tal vez usted no sabe, o tal vez usted no lo ha notado, pero en el fondo de su tubo de pasta de dientes hay un pequeño bloque de color. ¿Se  ha preguntado lo que significan los diferentes colores?
Generalmente, todas las pastas de dientes tienen un color en la parte inferior trasera. Hay cuatro colores diferentes; 
Verde:       Todo Natural                                         Azul:          Natural con la medicina añadida
Rojo:         Natural con químicas añadidas     Negro:     Todos los ingredientes químicos
Ahora sabrás lo que la composición principal es de su pasta de dientes favorita contiene, quien sabe, tal vez es el momento de hacer un cambio"

ES TODO FALSO, tras investigar por internet y consultar diversos expertos, estos códigos son meros puntos de referencia que le indican a la máquina de envasado por donde debe cortar y plegar el tubo.

De hecho, si fuera así, tambien los llevarían las pastas dentales llamadas liquidas y no lo lleva ninguna. Esto es más una campaña de alguna marca "ecológica" en un afán de lanzar su producto.

martes, 20 de enero de 2015

¿Sabes cómo eliminar la placa bacteriana de los dientes?

Muchas personas creen que para mantener una buena higiene bucodental  basta cepillarse los dientes tres veces al día. Sin embargo, uno de los grandes responsables de las enfermedades bucales es el biofilm dental  - o la placa bacteriana -, que no es fácilmente eliminado de la boca. 
La placa bacteriana es una película incolora y pegajosa que se forma constantemente entre los dientes, incluso en ausencia de comida. Si no es eliminada correctamente, puede generar complicaciones como la caries, gingivitis, periodontitis y hasta la pérdida de las piezas dentales.
Tan importante como mantener los dientes limpios, es remover los restos de comida de las áreas interproximales, o sea, los espacios entre las piezas dentales. El uso del cepillo dental es insuficiente para eliminar la placa a nivel interproximal, ya que estos espacios son de difícil acceso. Por este motivo, hay que intentar reducirla eficazmente con otros mecanismos de limpieza, como las sedas dentales.
Hay dos tipos de espacios interproximales, y es necesario saber distinguirlos para conocer la mejor manera de limpiarlos. Se recomienda usar cepillos interproximales para los espacios abiertos y sedas o cintas dentales para los espacios cerrados.

Espacios interproximales abiertos: son espacios grandes, que pueden producirse por la falta de alguna pieza dental o una separación exagerada de los dientes (diastemas), entre otros motivos. Por eso, hay que saber cómo limpiar estas zonas. Lo recomendable es usar un cepillo interproximal, que es ofrecido en diferentes formas y tamaños. Ellos son más eficaces para remover los restos de comida en los espacios más grandes.

viernes, 9 de enero de 2015

Si no quieres perder la memoria, ¡cuida tus dientes!

Una investigación llevada a cabo en Estados Unidos durante 18 años confirmó que la mala higiene dental es uno de los factores que podría desencadenar a largo plazo enfermedades como demencia senil o Alzheimer (la forma más común de la demencia). Según el estudio, que fue dirigido por la experta Annlia Paganini-Hill, las personas que no se cepillan los dientes diariamente tienen un 65% más de probabilidad de desarrollar enfermedades mentales.

Diversos estudios ya habían confirmado que la mala higiene bucal está directamente asociada con enfermedades como la diabetes, accidentes vasculares y cardíacos, pues  las bacterias causantes de la enfermedad de las encías (gingivitis) pueden alojarse en otras partes del cuerpo y predisponer a una gran cantidad de trastornos.

Paganini-Hill señala que, aunque investigaciones anteriores ya habían revelado que las personas con Alzheimer tienen una mayor concentración de gérmenes provenientes de la boca que una persona sin el mal, este estudio comprobó que las bacterias acumuladas en la cavidad oral por la mala higiene pueden alcanzar el cerebro y causar inflamaciones y daños significativos.
Participaron del estudio 5.468 adultos mayores que vivían en una comunidad de retiro en California, EE.UU., los cuales fueron seguidos por alrededor de 18 años. En el inicio, los participantes tenían entre 52 y 105 años (un promedio de 81 años) y ninguno presentaba síntomas de demencia. Todos respondieron sobre sus hábitos de salud dental, el estado de sus dientes, y si usaban dentaduras postizas.
Tras un seguimiento de casi dos décadas, el equipo encontró - a través de entrevistas, historias clínicas y, en algunos casos, el certificado de defunción - que a 1.145 se les había diagnosticado demencia. El estudio reveló que las personas cuya higiene era deficiente, o sea, que no se cepillaban los dientes todos los días,  tenían 65% más probabilidades  de sufrir enfermedades mentales, al ser comparados con los participantes que se lavaban los dientes tres veces al día.
Esta investigación confirma lo que muchos ya habían comprobado a través de otros estudios científicos: la higiene bucal no sólo ayuda a tener una boca saludable y una sonrisa atractiva sino que aleja diversas enfermedades que pueden ser fatales.

jueves, 1 de enero de 2015

Bernardino Landete Aragó, valenciano y pionero de la estomatología española.

Bernardino Landete Aragó (Valencia, 1879 - Madrid, 1968)


Fue un médico y científico español considerado el pionero de la estomatología española y creador de la cirugía oral o maxilofacial en España.
En 1902 se licencia con Sobresaliente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia y se doctora en 1903, también con Sobresaliente, en la Madrid. Sus primeros inicios como médico de Sanidad de la Armada (por oposición, 1903) y como médico de la Beneficencia Municipal de Madrid (por oposición, 1904), fueron en el terreno de la otorrinolaringología, siendo en 1904 el primer médico en obtener el título de odontólogo y dedicándose enseguida a la cirugía maxilofacial. En 1905 es nombrado profesor jefe del servicio de Estomatología del Instituto Rubio y de 1907 a 1912 es profesor del departamento de Odontología de la Facultad de Medicina de Madrid. Con un severo caso de desfiguración facial resuelto con su habilidad quirúrgica, se presenta en IV Congreso Dental Español celebrado en 1907 en Valencia, donde también inicia con Álvaro Chornet la que será una fructífera colaboración en torno al uso de la anestesia. En 1911 interrumpe la docencia pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar Prótesis Quirúrgica en Dresde, Londres y París. Con la creación en 1914 de la Escuela de Odontología de Madrid, su carrera pedagógica y académica se verá definitivamente ligada a esta institución adscrita a la Facultad de Medicina. La cátedra que ganó en el momento de crearse la Escuela fue la de Prótesis Dental. Otras tres cátedras fueron ganadas por Florestán Aguilar, Juan Mañes y Pedro Mayoral Carpintero. En 1916 es llamado a colaborar en la magna obra en tres volúmenes impulsada por Gregorio Marañón y Teófilo Hernando Manual de Medicina Interna, asignándosele el primer capítulo titulado "Enfermedades de la boca".

Hasta la Guerra Civil, Landete practica novedosas intervenciones de cirugía maxilofacial e impulsa y aporta su visión médica a la Odontología presentando el fruto de sus investigaciones en congresos especializados. Muchos de estos trabajos serán realizados con la colaboración de Álvaro Chornet y Pedro Mayoral. También publica investigaciones y hallazgos en revistas como La Odontología y Odontología Clínica, dirigidas por Florestán Aguilar y él mismo respectivamente. Traduce al castellano, también en colaboración, diferentes aportaciones científicas europeas, se relaciona con personalidades de la odontología internacional y comienza a aplicar la radiología dental en España.
Hasta 1914, en España se venía produciendo una nítida separación histórica entre médicos y dentistas. Al crearse entonces la Escuela de Odontología, para obtener la titulación era necesario superar los dos primeros cursos de Medicina (más tarde serían tres) y posteriormente otros dos cursos de formación específica, pero no se trataba de una licenciatura. 
Las diferentes concepciones sobre la reforma que se puso en marcha de la odontología en España llevaron a un distanciamiento de posiciones y antagonismo personal entre los catedráticos Bernardino Landete y Florestán Aguilar, creándose una auténtica división en la profesión. Aguilar defendía que los dentistas debían tener su propia formación académica separados de los médicos. Por su parte, Landete se mostró siempre partidario de que la Odontología formara parte, como una rama más, de la Medicina, defendiendo su postura desde la Federación Estomatológica Española, de la cual fue presidente desde su fundación en 1913.
Con la instauración de la Segunda República, Landete conseguirá imponer su tesis y dejar así reformada y definida académicamente la disciplina médico-dental. Toma posesión en 1932 de la asignatura de Odontología en la Escuela de Odontología de Madrid y en febrero de 1935 es nombrado director de la Escuela. Desde su puesto, y avalado por su amplia formación, lideró el cambio que se había de operar en su área profesional y científica, siendo partidario de la doble condición dentista-médico. “Los odontólogos —afirma— sacaron la odontología de la calle y la metieron en los gabinetes dentales para salvar dientes. Nosotros, los estomatólogos, la hemos introducido en los hospitales y salvamos vidas”.
Hombre de ideología republicana, se encontró en la larga lista de científicos, intelectuales y simples ciudadanos españoles cogidos entre dos fuegos al estallar la Guerra Civil. Amenazado en Madrid por extremistas de izquierdas, practicó la cirugía de retaguardia en Colmenarejo al principio de la contienda y terminaría refugiándose en Valencia. Aunque finalizada la guerra intentara reanudar su actividad universitaria, su ideología y el trasfondo político del pasado enfrentamiento (de republicanos contra monárquicos) en la pugna profesional con el doctor Aguilar acabarían pasándole factura en forma de expediente disciplinario.
El juez instructor Fernando Enríquez de Salamanca propuso al ministro Ibáñez Martín la separación definitiva del servicio al catedrático de la Escuela de Odontología de la Facultad de Medicina de Madrid. El 16 de enero de 1946 fue resuelto el expediente de depuración que le condenaría al abandono de su actividad universitaria.
Poco a poco fue interviniendo en actos profesionales y pronunciando conferencias, incluso en la Escuela de Estomatología.
Diez años más tarde, en agosto de 1949, un oficio del director general de Enseñanza Universitaria, trasladado al rector y al decano, daba por resuelto el expediente administrativo de 1939 y le reintegraba a su cátedra con los haberes correspondientes a su escalafón. Al contar Landete con 70 años, la reparación le llega de manera honorífica justo antes de jubilarse el 12 de octubre de ese año. El 9 de diciembre de 1949, comenzaron los actos de un homenaje al catedrático con una misa presidida por el propio juez instructor del expediente de depuración y entonces decano de la Facultad de Medicina, Fernando Enríquez de Salamanca, en la capilla de la Escuela de Estomatología de la Ciudad Universitaria.
El catedrático no pudo volver a impartir clases. Sin embargo, la Escuela de Estomatología le invitaría a impartir una lección magistral y una sesión clínica. En 1954 se crean los "Premios Landete" destinados a a los tres trabajos más destacados sobre Prótesis Estomatológica.
Landete fallece El 14 de febrero de 1968 en Madrid. La Sociedad Española de Estomatología le rindió en su sede un "Homenaje póstumo en memoria del querido maestro profesor Bernardino Landete" el 22 de marzo de ese año. En la velada intervendrían destacados profesionales y amigos, muchos de ellos antiguos discípulos. Hoy aún se le recuerda con la plaza que lleva su nombre en Ruzafa, importante barrio junto al centro de Valencia, en donde hay instalado un relieve escultórico en perfil con sus rasgos faciales. Este relieve fue sufragado principalmente por el colectivo de odontólogos valencianos en los años veinte. En el ámbito académico, y con el nombre de Aula Bernardino Landete, se halla emplazado un activo espacio de encuentros y conferencias en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid. También con el nombre Landete Aragó fue creado un premio en la Facultad de Odontología de Madrid. Este galardón fue concedido, entre otros, al odontólogo Félix Rodríguez de la Fuente al graduarse en 1957.