Os presentamos este estudio de la Universidad Nacional de Colombia, que, aunque ya tiene ocho años, está de vigente actualidad.
Porque para e·dent odontología lo primero siempre, es el bienestar de nuestros pacientes y la forma correcta de aplicar el mejor tratamiento.
Diseño de sonrisa, peligrosa vanidad
La determinación de cambiar la estructura de los dientes, a través de un “diseño de sonrisa”, para conseguir una dentadura que luzca perfecta puede acarrear un daño irreparable y la posterior pérdida de los dientes. En busca de una imagen cada vez más estética, alimentada por los medios de comunicación, las personas se están sometiendo a tratamientos dentales que realmente no necesitan.
“La gente cree que porque ve en la televisión unas ‘sonrisas rectas’ es normal mandar a sellar los espacios en sus dientes con resinas, pero la verdad es otra. Los dientes no son cuadrados, son levemente redondeados, y no son del mismo tamaño. El apego a los llamados ‘diseños de sonrisa’ hace parte de un boom que tiene un trasfondo muy serio y es la televisión, porque la gente está bajo una presión social y estética muy fuerte”, afirmó Isauro Abril Parra, investigador del Grupo de Investigación de Materiales Dentales de la Universidad Nacional de Colombia.
El “diseño de sonrisa” es el término comercial con el que se ha vendido un procedimiento odontológico que realmente se denomina “restauración estético anterior”, un procedimiento por el que cada vez más personas están interesadas. Dando una mirada al centro de atención donde los odontólogos estudiantes de la UN realizan sus prácticas, se encuentra que de cada diez pacientes que llegan los diez preguntan por un diseño.
¿Perfectos de la noche a la mañana?
“El principal error en el que se está incurriendo con los pacientes es que se les están haciendo valoraciones incompletas, es decir, hay tratamientos con diagnósticos incompletos, con valoraciones donde solo se manejan resinas y por eso más adelante se generan fracturas de restauraciones, mal posiciones dentales y alteraciones en forma, textura y color de los dientes”, advirtió el investigador.
Otro de los problemas graves es el tipo de ortodoncia que se realiza en la actualidad, denominada rápida. “Una ortodoncia normal puede ir de uno hasta dos años, y un procedimiento como el de ortodoncia rápida puede durar 3 ó 4 meses, y la gente cree en eso. Lo que no saben es que cuando el movimiento de los dientes ocurre de manera tan acelerada, esto hace que las raíces de los mismos se reabsorban o pierdan un buen anclaje dentro del hueso”, confirmó el odontólogo.
Lágrimas en lugar de sonrisas
Un diseño de sonrisa mal hecho trae tantos problemas graves que es pertinente que se conozcan para que las personas que estén pensando en optar por este procedimiento lo piensen y, si deciden hacerlo, sea de la mano de un equipo de profesionales expertos en el tema.
“Como con el diseño de sonrisa se cambia la forma redondeada de los dientes por una forma cuadrada, es más fácil que se empiece a retener placa en la parte que limita con la encía y se generen problemas periodontales”, afirmó Abril.
Además, si no hay un análisis previo, serio y responsable de la estructura de los dientes del paciente que se va a someter a una restauración, puede colocarse una cantidad de resina o carillas en cerámica en exceso, las cuales terminan fracturándose.
“El diente tiene un tamaño, si el especialista realiza una carilla muy grande para darle una determinada forma, ese material adicional va a generarle al diente una fuerza muy grande, la cual no puede soportar y ahí empiezan los problemas”, aseguró el especialista.
Candidatos para un diseño
No se trata de satanizar esta práctica, pues debe valorarse como un adelanto de la odontología; sin embargo, está pensado para un tipo de pacientes muy específicos que en realidad lo necesitan.
Lo que determina realmente si una persona debe someterse a este tipo de tratamiento no es la vanidad o el consumismo social, o desear una sonrisa de presentadora de televisión o de modelo de pasarela. Tiene que haber una motivación interna, es decir, una condición que la persona sabe que está afectando ostensiblemente su estima propia, por ejemplo, si hay un diente negro, si hay dientes fracturados o desgastados, o cuando definitivamente la posición de sus dientes o el tamaño o posición de los maxilares dificulta o impide una correcta función.
Cuando se ha determinado acceder a una restauración estético anterior, hay que tener en cuenta varias cosas: lo primero es que debe estar involucrado un equipo interdisciplinario, que comienza con la asesoría de un especialista en operatoria dental estética o un rehabilitador oral, quienes hacen una valoración teniendo en cuenta cuatro variables: manejo de espacio, forma, textura y color de los dientes.
El diseño incluye también una valoración de un ortodoncista que determinará si se necesita un cambio de posición o alineamiento de los dientes, y un cambio de posición de maxilares. Adicionalmente, si el paciente necesita un procedimiento que involucre un hueso, debe participar un especialista cirujano maxilofacial.
La recomendación de oro, sin embargo, es cuidar los dientes naturales. Blancos, rectos, alineados o no tan rectos, sea como tenga su dentadura, su estilo de vida y sus hábitos deben ir orientados a cuidarlos, recuerde que ningún tratamiento igualará a los originales.
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